Hoy, cercana ya de la fiesta de Pentecostés, deseo hablar del Espíritu Santo que
guía a la Iglesia, y a cada uno de nosotros, a la Verdad plena. En nuestros
días, marcados por el relativismo, es necesario preguntarnos como Pilato: “¿Qué
es ‘la’ Verdad?”. La Verdad con mayúsculas no es una idea que nosotros nos
hacemos o consensuamos, sino una persona con la que nos encontramos. Cristo es
la Verdad, que se ha hecho carne. Y el Espíritu Santo hace posible que lo
reconozcamos y lo confesemos como Señor.
El Espíritu Santo nos recuerda las palabras de Jesús y las imprime en nuestros
corazones. Él es la ley inscrita en nuestro interior, donde tomamos las
decisiones. El Espíritu Santo, además, nos lleva a la inteligencia de la Verdad
completa. Él es quien suscita el sentido de la fe en los creyentes creando una
comunión, cada vez más profunda, con Cristo. Mediante el Espíritu Santo, el
Padre y el Hijo hacen morada en nosotros.
En este Año de la fe, invoquemos especialmente la asistencia del Espíritu
Santo, para que nos guíe y nos sostenga en el camino del discipulado.
Pidamos a la Virgen María que nos haga
dóciles a la acción del Espíritu Santo, para que como Ella, con disponibilidad
total, digamos “sí” a los designios de Dios en nuestra vida. Muchas gracias."
Francisco, Obispo de Roma
Dones del Espíritu Santo
Secuencia del Espíritu Santo
No hay comentarios:
Publicar un comentario