
Recuerdo que antes de que yo naciera
estaba preocupado porque no conocía el mundo al que llegaría. Entonces
le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra. Dios acercó su voz a mi oído y me dijo:
Sé como el sol, levántate temprano y no te acuestes tarde.
Sé como la luna, brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.
Sé como los pájaros, come, canta, bebe y vuela.
Sé como las flores, enamoradas del sol, pero fieles a sus raices.
Sé como el buen perro, obediente, pero nada más a su Señor.
Sé como la fruta, bella por fuera, saludable por dentro.
Sé como el día, que llega y se retira sin alardes.
Sé como el oasis: da tu agua al sediento.
Sé como la luciérnaga, aunque pequeña, emite su propia luz.
Sé como el agua, buena y transparente.
Sé como el río, siempre hacia adelante.
Sé como Lázaro, levántate y anda.
Sé como José, cree en tus sueños.
Y sobre todas las cosas, sé como el cielo, la morada de Dios.
Señor, no permitas que me quede donde estoy, ayúdame a llegar a donde Tú quieras.
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