"Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. Allí le daré sus viñas, el valle de Akor lo haré puerta de esperanza; y ella responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto.Y sucederá aquel día –oráculo de Yahveh- que ella me llamará; "Marido mío", y no me llamará más; "Baal mío". Yo quitaré de su boca los nombres de los Baales y no se mentarán más por su nombre.Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en amor y en compasión, te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Yahveh."
(Os 2, 16-19.21-22)
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