Teilhard de Chardin, paleontólogo jesuita
Hermoso poema escrito por él en el "Himno al Universo"
"Bendita seas tú, áspera Materia, gleba estéril, dura roca, tú que no cedes más que a la violencia y nos obligas a trabajar si queremos comer.
Sin ti, Materia, sin tus ataques, sin tus arranques, viviríamos inertes, estancados, pueriles, ignorantes de nosotros mismo y de Dios. Tú que castigas y que curas, tú que resistes y que cedes, tú que trastruecas y que construyes, tú que encadenas y que liberas, savia de nuestras almas, mano de Dios, carne de Cristo, Materia, yo te bendigo.
Yo te bendigo, Materia, y te saludo, no como te describen, reducida o desfigurada, los pontífices de la ciencia y los predicadores de la virtud, un amasijo, dicen de fuerzas brutales o de bajos apetitos, sino como te me apareces hoy, en tu totalidad y tu verdad.
Te saludo, inagotable capacidad de ser y de transformación.
Te saludo, potencia universal de acercamiento y de unión mediante la cual se entrelaza la muchedumbre de las mónadas y en la que todas convergen en el camino del Espíritu.
Te saludo, medio divino, cargado de poder creador, océano agitado por el Espíritu, arcilla amasada y animada por el Verbo encarnado.
Tú, Materia, reinas en las serenas alturas en las que los santos se imaginan haberte dejado a un lado; carne tan transparente y tan móvil que ya no te distinguimos de un espíritu.
¡Arrebátanos, oh, Materia, allá arriba, mediante el esfuerzo, la separación y la muerte; arrebátame allí en donde al fin sea posible abrazar castamente al Universo."
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