¿Se convierte gente en el siglo XXI?
Sí!
El
itinerario personal, suele ser costoso. Cada experiencia es única y valiosa. La conversión (metanoia) es un cambio de forma de mirar y de forma de hacer las cosas y de acercarnos a la realidad; este cambio es la expresión concreta de la fe en Jesús; y es un cambio continúo, en proceso, de la persona hasta ir haciéndose o dejándose hacer parte del Reino, es ir estando cada vez más próxima a Jesús, identificadas Él.Valga como ejemplo el de tres personas conocidas.
Tony Blair
"Sabes que no puedes tener una fe religiosa y que ésta sea algo
insignificante, porque se trata de algo profundo y tiene que ver con tu
misma condición de ser humano". Educado como anglicano, aunque de padre
agnóstico-conservador y de madre neoirlandesa protestante, el ex-primer
ministro
británico, Tony Blair, anunció oficialmente su conversión al catolicismo
en diciembre de 2007. Fue el mismísimo cardenal de Westminster quien le
recibió en la Iglesia católica en una ceremonia íntima en su residencia
privada.
Blair comenzó una seria reflexión sobre el cristianismo al entrar en
contacto con la obra del filósofo MacMurray y de Emmanuel Mounier,
especialmente en temas como el papel social de la fe, desde sus años
como universitario. Sin embargo, el testimonio de vida de su esposa
Cherie, católica
convencida, y el de sus cuatro hijos bautizados en esa misma fe, así
como su participación en la misa, su sensibilidad espiritual y el
acompañamiento pastoral, alcanzaron el desenlace final que ahora
conocemos.
El Reino Unido es prolífico en ejemplos de anglicanos que «retornaron
a Roma». Son ampliamente conocidos los casos de Newman, Chesterton,
Wilde o Benson, entre muchos otros.
Como reportó The Independent el pasado 4 de abril, Blair
declaró su plan de trabajo tras su conversión al catolicismo en un
discurso pronunciado recientemente en la catedral de Westminster: "Deseo
despertar la conciencia del mundo". El ex-primer ministro laborista
también presentó el
proyecto "Tony Blair Faith Foundation" cuya tarea será promover el
encuentro entre los jóvenes de las más grandes religiones mundiales.
Mercedes Aroz
"Mi actual compromiso cristiano me ha llevado a discrepar con
determinadas leyes del gobierno que chocan frontalmente con la ética
cristiana, como la regulación dada a la unión homosexual o la
investigación con embriones, y que en conciencia no he podido apoyar. En
consecuencia se imponía la
decisión que he tomado". La decisión era radical: dejaba su escaño como
senadora. El gesto significaba mucho. Era la consecuencia lógica, y no
por ello fácil, de su trayectoria espiritual.
Cofundadora del partido socialista de Cataluña, vinculada a la Liga
Comunista Revolucionaria, divorciada, 21 años de trabajo político en el
parlamento... y, sin embargo, esta mujer de calado calibre intelectual
hacía pública su conversión "para subrayar la convicción de que la
Iglesia Católica,
de que el cristianismo, tienen mucho que decir a los hombres y mujeres
de nuestro tiempo, porque hay algo más que la razón y la ciencia. A
través de la fe cristiana se alcanza a comprender plenamente la propia
identidad como ser humano y el sentido de la vida", como recogió Europa
Press.
En el caso de Mercedes Aroz, la senadora más votada en toda la
historia de España, el testimonio de vida cristiana de su propia familia
le ayudó a irse acercando poco a poco a un encuentro personal con el
dador de la fe hasta decantar en ese compromiso pleno que revolucionó su
existencia.
Magdi Cristiano Allam
"Bautizarme ha sido como renacer" (Extracto de una respuesta a una entrevista concedida al diario El Mundo,
29 de marzo de 2008). "Mi conversión al catolicismo es el punto de
llegada de una gradual y profunda reflexión interior, a la que no pude
sustraerme [...] El milagro de la
Resurrección de Cristo se ha reflejado en mi alma, liberándola de las
tinieblas de una predicación donde el odio y la intolerancia hacia el
«diferente», condenado acríticamente como «enemigo», priman sobre el
amor y el respeto al prójimo, que es siempre y en cualquier caso
persona" («¿Por qué
me convierto del islam al catolicismos?», artículo en Il Corriere de la Sera).
Subdirector del famoso periódico italiano Il Corriere de la Sera, Magdi Cristiano Allam fue bautizado por Benedicto XVI en la vigilia pascual del Sábado Santo de este año.
Licenciado en sociología por la universidad de La Sapienza y de
origen egipcio, aunque radicado desde hace ya bastantes años en Italia,
Magdi fue experimentando su sintonía con su nueva fe gracias a tres
factores: su desilusión ante el islam, el testimonio de vida de varios
cristianos y su
encuentro personal con Cristo: "...mi mente se ha liberado del
oscurantismo de una ideología que legitima la sumisión y la tiranía,
permitiéndome adherirme a la auténtica religión de la Verdad, de la Vida
y de la Libertad [...] He descubierto por primera vez el auténtico y
único Dios, que es el
Dios de la fe y de la razón". Y también ha señalado: "La Providencia me
ha ido poniendo en el camino a personas católicas practicantes de buena
voluntad que, en virtud de su testimonio y de su amistad, se
convirtieron, poco a poco para mí, en un punto de referencia en el plano
de las certezas de la
verdad y de la solidez de valores".
La conversión es un encuentro personal con la persona de Jesús, muchas veces motivado por el testimonio y acrisolado por la razón
En la encíclica «Deus Caritas est», Benedicto XVI recordó
que "No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran
idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que
da un nuevo horizonte a la vida". Toda conversión implica, entonces, un
encuentro entre
la persona del convertido y la del que motiva a la conversión: Dios. La
conversión, en gran medida, es la respuesta del corazón, de la
inteligencia y de la voluntad a la persona que redimensiona el propio
ser; no es sólo la decisión de un día, sino una actitud de fondo que
debe realizarse
diariamente.
Pero los pasos para ese encuentro con la realidad-personalidad
invisible de Dios están muchas veces motivados por el ejemplo visible de
la vida de los que no sólo dicen creer sino que viven como creyentes.
Ya lo decía el entonces cardenal Ratzinger a un conocido periodista
italiano: "No hay
argumento apologético más eficaz que la santidad y el arte: la belleza
de las almas y la belleza de las cosas que la fe ha plasmado, sin
interrupciones, desde hace ya veinte siglos. Ahí está, créamelo, la
fuerza misteriosa del resucitado".
Y en la reciente nota doctrinal sobre algunos aspectos de la
evangelización nos dice al respecto la Congregación para la Doctrina de
la Fe: "Al corazón del hombre, en efecto, no se accede sin gratuidad,
caridad y diálogo, de modo que la palabra anunciada no sea solamente
proferida sino
adecuadamente testimoniada en el corazón de sus destinatarios" (cfr. No.
8).
Es verdad que en todo este proceso, y más en los tiempos actuales,
juega un papel preponderante el discurso intelectual. Es muy común los casos anteriores y en muchos otros: Edith
Stein, García Morente, Eugenio Zolli... Y es que nada como "la
búsqueda del bien y
la verdad pone en juego la libertad humana, reclamándole una adhesión
tal que implica los aspectos más fundamentales de la vida" (cfr. No. 4,
Nota doctrinal acerca de algunos aspectos de la evangelización).
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