¡Benjamín, gracias por tu luz! |
No es mi silencio
una casa abandonada,
ni una llaga que no tiene cura.
Es una tierra arada
por el acero solidario.
Se alarga mi espera como surcos,
certeza horizontal sobre la tierra
abierta de par en par
hacia la Altura.
una casa abandonada,
ni una llaga que no tiene cura.
Es una tierra arada
por el acero solidario.
Se alarga mi espera como surcos,
certeza horizontal sobre la tierra
abierta de par en par
hacia la Altura.
Necesito
Necesito
tu presencia, un tú inagotable y encarnado
que llena toda mi existencia,
y tu ausencia, que purifica mis encuentros
de toda fibra posesiva.
Necesito
el saber de ti que da consistencia
a mi persona y mis proyectos,
y el no saber que abre mi vida
a tu novedad y a toda diferencia.
Necesito
el día claro en el que brillan los colores
y se definen los linderos del camino,
y la noche oscura en la que se afinan
mis sentimientos y mis sentidos.
Necesito
la palabra en la que te dices y me digo
sin acabar nunca de decirnos,
y el silencio en el que descansa
mi misterio en tu misterio.
Necesito
el gozo que participa de tu alegría,
última verdad tuya y del mundo,
y el dolor, comunión con tu dolor universal,
origen de la compasión y la ternura.
tu presencia, un tú inagotable y encarnado
que llena toda mi existencia,
y tu ausencia, que purifica mis encuentros
de toda fibra posesiva.
Necesito
el saber de ti que da consistencia
a mi persona y mis proyectos,
y el no saber que abre mi vida
a tu novedad y a toda diferencia.
Necesito
el día claro en el que brillan los colores
y se definen los linderos del camino,
y la noche oscura en la que se afinan
mis sentimientos y mis sentidos.
Necesito
la palabra en la que te dices y me digo
sin acabar nunca de decirnos,
y el silencio en el que descansa
mi misterio en tu misterio.
Necesito
el gozo que participa de tu alegría,
última verdad tuya y del mundo,
y el dolor, comunión con tu dolor universal,
origen de la compasión y la ternura.
Cuando me llamas
por mi nombre,
ninguna otra criatura
vuelve hacia ti
su rostro
en todo el universo.
Cuando te llamo
por tu nombre,
no confundes mi acento
con ninguna otra criatura
en todo el universo.
"Esta mañana enderezo mi espalda,
abro mi rostro,
respiro la aurora,
escojo la vida.
Esta mañana acojo mis golpes,
acallo mis límites,
disuelvo mis miedo,
escojo la vida.
Esta mañana miro a los ojos,
abrazo una espalda,
doy una palabra,
escojo la vida.
Esta mañana remanso la paz,
alimento el futuro,
comparto alegría,
escojo la vida"
‘¡Ay de vosotros, los que ahora reís,
‘¡Ay de aquellos
—que saborean el dulce del azúcar en platos refinados,
por mi nombre,
ninguna otra criatura
vuelve hacia ti
su rostro
en todo el universo.
Cuando te llamo
por tu nombre,
no confundes mi acento
con ninguna otra criatura
en todo el universo.
"El Reino tiene su tiempo, el tiempo de Dios, que no coincide necesariamente con el de nuestros relojes, proyectos y ansiedades.
Necesitamos cultivar procesos. Saber distenderse en los procesos, no querer acelerarlos por la ansiedad que nos llega de una cultura trepidante, ni estancarnos por el ambiente de desencanto, es una gran sabiduría. Atravesaremos momentos favorables y luminosos como el día, y momentos desfavorables como la noche, con
su oscuridad y su desconcierto. En la noche se asientan los caminos y
se purifican los amores.
Ni apoderarse de los momentos luminosos, como
quisieron hacer los discípulos cuando Jesús dio de comer al pueblo, ni
perderse en las tinieblas oscuras y amenazantes del lago.
Es fundamental saber contemplar la belleza y sabiduría que encontramos ya ahora en cada etapa del proceso.
La planta que sorprende al romper la tierra con hojas tan frágiles, la
flexibilidad de los tallos ante el vendaval que las doblega sin
romperlas, la aparición de las espigas, la plenitud dorada de la
cosecha... El momento de conversión de una persona es algo extraordinario; su crecimiento lento en la fe también lo es.
No hay que vivir en la tensión de consumir sólo los resultados maduros
sin disfrutar ya el sabor del fruto presentido en la belleza de cada
pequeño milímetro de crecimiento.
La procesualidad tiene dos enemigos, el inmediatismo devorador del tiempo y las dilaciones reiteradas que nunca realizan nada y en las que el tiempo nos devora a nosotros. En la nueva cultura tenemos «el mundo al alcance de un «clic», todo al instante. Falta el cultivo de los largos procesos que suponen compromisos sabios de duración impredecible".
"Esta mañana enderezo mi espalda,
abro mi rostro,
respiro la aurora,
escojo la vida.
Esta mañana acojo mis golpes,
acallo mis límites,
disuelvo mis miedo,
escojo la vida.
Esta mañana miro a los ojos,
abrazo una espalda,
doy una palabra,
escojo la vida.
Esta mañana remanso la paz,
alimento el futuro,
comparto alegría,
escojo la vida"
‘¡Ay de vosotros, los que ahora reís,
porque os lamentaréis y lloraréis!’ (Lc VI, 25)
‘¡Ay de aquellos
—que saborean el dulce del azúcar en platos refinados,
pero no tienen paladar para la amargura del haitiano que corta la caña;
—que miran la belleza en las fachadas de los grandes edificios
pero no oyen en las piedras el grito de los obreros mal pagados;
—que pasean en carros de lujo por las nuevas avenidas,
pero no tienen memoria para las familias desalojadas como escombros;
—que exhiben ropa elegante en cuerpos bien cuidados
pero no se preocupan de las manos que cosechan el algodón;
porque dejan resbalar sobre la vida su mirada
de turistas y no contemplan
detrás de la fachada con ojos de profeta!
¡Ay de aquellos
—que sólo ven en el pobre una mano que mendiga
y no una dignidad indestructible que busca la justicia;
—que sólo ven en los numerosos niños marginados
una plaga y no una esperanza para todos que hay que cultivar;
—que sólo escuchan en los gritos de los pobres
caos y peligros y no oyen la protesta de Dios contra los fuertes;
—que sólo contemplan lo sano, bello y poderosos
y no esperan salvación de lo más bajo y humillado,
porque no podrán contemplar la salvación
que brota en el Jesús marginado desde abajo!’
Enlázate
—que miran la belleza en las fachadas de los grandes edificios
pero no oyen en las piedras el grito de los obreros mal pagados;
—que pasean en carros de lujo por las nuevas avenidas,
pero no tienen memoria para las familias desalojadas como escombros;
—que exhiben ropa elegante en cuerpos bien cuidados
pero no se preocupan de las manos que cosechan el algodón;
porque dejan resbalar sobre la vida su mirada
de turistas y no contemplan
detrás de la fachada con ojos de profeta!
¡Ay de aquellos
—que sólo ven en el pobre una mano que mendiga
y no una dignidad indestructible que busca la justicia;
—que sólo ven en los numerosos niños marginados
una plaga y no una esperanza para todos que hay que cultivar;
—que sólo escuchan en los gritos de los pobres
caos y peligros y no oyen la protesta de Dios contra los fuertes;
—que sólo contemplan lo sano, bello y poderosos
y no esperan salvación de lo más bajo y humillado,
porque no podrán contemplar la salvación
que brota en el Jesús marginado desde abajo!’
"Esperaré a que crezca el árbol
y me dé sombra.
Pero abonaré la espera con mis hojas secas.
Esperaré a que brote el manantial
y me dé agua
Pero despejaré mi cauce
de memorias enlodadas.
Esperaré a que apunte
la aurora y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios
Esperaré a que llegue
lo que no sé y me sorprenda
Pero vaciaré mi casa de todo lo enquistado.
Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento se abrirán a la esperanza."
y me dé sombra.
Pero abonaré la espera con mis hojas secas.
Esperaré a que brote el manantial
y me dé agua
Pero despejaré mi cauce
de memorias enlodadas.
Esperaré a que apunte
la aurora y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios
Esperaré a que llegue
lo que no sé y me sorprenda
Pero vaciaré mi casa de todo lo enquistado.
Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento se abrirán a la esperanza."
Enlázate
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