Francisco, el Papa de los pobres que se niega a vivir en el
apartamento pontificio, a usar la limusina y que esta tarde durante los
ritos de Jueves Santo le lavará los pies a 12 reclusos de un centro de
menores, le pide a sus sacerdotes que también ellos prediquen con el
ejemplo. El Pontífice, en una misa esta mañana ante 1.600 religiosos
(entre cardenales, obispos, presbiteros y sacerdotes) les ha invitado a que vayan a las "periferias donde hay sufrimiento" y sean "pastores con olor a oveja".
La homilía de la misa de esta mañana, en la que los sacerdotes
renuevan las promesas que hicieron en el momento de su ordenación, ha
dado pie a Francisco para lanzar una fuerte admonición contra cierto
tipo de religioso que ha sucumbido a la mundanidad y a la buena vida.
El Papa ha clamado contra ese sacerdote "que no sale de sí y que en vez de mediador se va convirtiendo poco a poco en intermediario,
en un gestor (...) que ya tiene su paga, (...) en una especie de
coleccionista de antigüedades o bien de novedades". El Pontífice tiene
muy claro cómo quiere que sean sus sacerdotes: "Pastores con olor a
oveja, pastores en medio de su rebaño".
Francisco ha comenzado su sermón subrayando que Jesús iba al encuentro de los pobres, los cautivos, los enfermos, los que están tristes y solos. Y ha destacado que los sacerdotes deben de hacer exactamente lo mismo.
"Nuestra gente agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su
vida cotidiana, cuando baja hasta los bordes de la realidad, cuando
ilumina las situaciones límites, las periferias donde el pueblo fiel
está más expuesto", ha señalado.
El Papa ha hecho un fortísimo llamamiento a los sacerdotes para que salgan y experimenten lo que se vive "en las periferias donde hay sufrimiento, sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones".
Francisco ha señalado que el sacerdote que sale poco de sí "se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón". Y ha criticado con dureza a ese religioso que al no salir al encuentro de los demás "en vez de en mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor".
"Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor ya tienen su paga", y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con «olor a oveja», pastores en medio de su rebaño, y pescadores de hombres.
(Fuente)
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